domingo, 15 de mayo de 2011

Domingo IV Pascua A (15/05/11)

Yo soy la puerta y el pastor.
La Palabra
Hech 2,14a.36-41 // Sal 22 // 1Pe 2,20b-25
O s lo aseguro: ---El que no entra por la puerta en el redil, sino saltando por otra parte, es ladrón y asaltante. El que entra por la puerta es el pastor del rebaño. El portero le abre, las ovejas oyen su voz, él llama a las suyas por su nombre y las saca. Cuando ha sacado a todas las suyas, camina delante de ellas y ellas detrás de él, porque reconocen su voz. A un extraño no le siguen, sino que escapan de él, porque no reconocen la voz de los extraños. Ésta es la parábola que Jesús les propuso, pero ellos no entendieron a qué se refería. Entonces, les habló otra vez: ---Os aseguro que Yo soy la puerta del rebaño. Todos los que vinieron [antes de mí] eran ladrones y asaltantes; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entra por mí se salvará; podrá entrar y salir y encontrar pastos. El ladrón no viene más que a robar, matar y destrozar. Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia.
(Jn 10, 1-10)
La Reflexión
Hoy Jesús se nos presenta como el Buen Pastor, es una imagen que tenemos de Él muy arraigada entre nosotros.
Jesús es el pastor que se preocupa por sus ovejas, por todas y cada una de ellas. Las conoce y reconoce a todas y cada una de ellas, sabe quiénes son, cuáles son sus problemas, preocupaciones, lo que les gusta, lo que les conviene. Sabe todo de cada una de ellas y por tanto, actúa siempre guiado por el bien que pueda hacerles.
Pero también les da libertad para seguirle, ya que como buen pastor, se sitúa delante de ellas, camina el primero y son ellas, las que libremente le siguen. Aunque es fácil seguirle, ya que le conocen y saben cómo actúa, son conscientes de que nunca les ha faltado nada a su lado.
Quizás alguna vez no lo han pasado bien, o no han tenido agua en el momento en que más apretaba el sol, pero al final, siempre han llegado a su redil, y han tenido el alimento necesario.
Jesús, además nos hace ver que hay otros, que prometen y se ofrecen en esos momentos, pero sus ovejas, saben que esos otros no son bueno, ofrecen mucho, pero dan poco, prefieren a su Pastor.
A la vista de esto, ¿podemos nosotros decir que hemos encontrado en Jesús a esa persona a la que seguir, imitar, confiar? ¿Tenemos nosotros a alguien especial al que podamos acudir en los momentos malos, pero también con quien compartir los buenos? O por el contrario, ¿andamos cambiando porque no hemos sido capaces de encontrarlo?
¿Qué Celebramos?
Cuando se quiere a un amigo todo nos parece poco para agasajarle. María, en la tradición de la Iglesia, ha tenido y lo tiene todavía un lugar privilegiado en el corazón de los creyentes.
¡Cómo no vamos a querer para Ella lo mejor!
La flor “pensamiento” simboliza la riqueza en la escasez. Mientras la mayoría de las plantas aguardan el retorno de la primavera el pensamiento no deja de florecer a manos llenas en medio de la frondosidad y el verdor de sus hojas.
Arrojar un “pensamiento” a las plantas de Santa María es lanzarle nuestro propósito de ser diferentes a los demás. Es solicitarte que nos ayude a florecer con lo mejor de nosotros mismos aunque otros nos digan que somos demasiado buenos o tontos. Tampoco, muchos de sus contemporáneos, entendieron la buena disponibilidad de Santa María. Al final…Dios le hizo ver el fruto de su “SI” contracorriente.
Pidamos por María: VALORAR LA RIQUEZA DEL CORAZON