domingo, 27 de febrero de 2011

Domingo VIII Ordinario A (27/02/11)

El Reino de Dios y su justicia
La Palabra
Is 49,14-15 // Sal 61 // 1Cor 4,1-5

Nadie puede estar al servicio de dos señores, pues odiará a uno y amará al otro o apreciará a uno y despreciará al otro. No podéis estar al servicio de Dios y del dinero. Por eso os digo que no andéis angustiados por la comida [y la bebida] para conservar la vida o por el vestido para cubrir el cuerpo. ¿No vale más la vida que el alimento?, ¿el cuerpo más que el vestido? Fijaos en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre del cielo las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? ¿Quién de vosotros puede, por mucho que se inquiete, prolongar un poco su vida? ¿Por qué os angustiáis por el vestido? Mirad cómo crecen los lirios silvestres, sin trabajar ni hilar. Os aseguro que ni Salomón, con todo su fasto, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy crece y mañana la echan al horno, Dios la viste así, ¿no os vestirá mejor a vosotros, hombres de poca fe? En conclusión, no os angustiéis pensando: ¿qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿con qué nos vestiremos? Todo eso buscan ansiosamente los paganos. Pero vuestro Padre del cielo sabe que tenéis necesidad de todo aquello. Buscad, ante todo el reinado [de Dios] y su justicia, y lo demás os lo darán por añadidura. Así pues, no os preocupéis del mañana, que el mañana se ocupará de sí. A cada día le basta su problema.
(Mt 6, 24-34)

La Reflexión
“Así pues, no os preocupéis del mañana, que el mañana se ocupará de sí. A cada día le basta su problema.”
Ese el principal problema nuestro, que andamos todo el día preocupados por cuestiones que posiblemente no se solucionarán, ni hoy, ni mañana y eso es en lo que ocupamos la mayor parte del tiempo y nuestras energías.
Si fuésemos capaces de centrar el problema de cada día y salir a afrontarlo, posiblemente nos fuese mejor.
Pero como no lo hacemos, pues terminamos juntando unos con otros y al final, nada de nada, ni el de hoy, ni el de ayer, ni el de mañana.
Jesús nos dice que ningún animal se ha quedado sin el sustento de cada día, que todos son importantes para el Padre, así que si ellos son importantes, cuanto más seremos nosotros. ¿Va a dejarnos en la estacada? ¿No seremos nosotros los que le dejamos a Él en mal lugar?

¿Qué Celebramos?
Todo está preparado, todo el mundo en su sitio, ahora el sacerdote o el diácono (no un lector cualquiera, salvo que sea una Liturgia de la Palabra), es el que va a proclamar el Evangelio.
Para ello, inicia con: “El Señor esté con vosotros” y el pueblo allí reunido responde: “y con tu Espíritu”.
Se nos hace una llamada de atención, sobre quién es el que está en medio de nosotros, de quién vamos a escuchar la Palabra, es Jesús, es Él mismo el que nos habla.
Pero también nosotros tenemos una predisposición, una voluntad, un deseo, no solo para con nosotros, sino con el que proclama el Evangelio. Queremos que el Espíritu esté presente, que se nos manifieste, a través de él, y que ese Espíritu le llegue para que proclame adecuadamente esa Palabra.
Lecciones del Cuco

Cuando se acerca el mes de marzo, en los montes se empieza a escuchar el canto del “cuco”… kukú, kukú…
Se suele decir muchas veces de una persona que es un “cuco” o “cuca”. Pues bien. Alguna vez habrás oído la historia del cuco…
El cuco pone sus huevos en los nidos de otras aves, se desentiende de sus crías, los “cuquillos”. Quieren que los alimenten otros pájaros… y ni siquiera se da a conocer a sus hijos… El cuco no es un modelo de responsabilidad…
Puede que entre nosotros haya alguno que quiere que las cosas se la hagan sus padres o los demás, y así no colaborar en algo que es de todos.
JESÚS, TÚ NOS QUIERES TRABAJADORES
Y SIEMPRE ALEGRES.
A VECES ESTAMOS UN POCO DORMIDOS
Y SIN MUCHAS GANAS DE VENIR A ESTUDIAR.
DANOS GENEROSIDAD
PARA IMITAR NO A LOS CUCOS
SINO A LOS COMPAÑEROS QUE,
COMO BUENAS HORMIGAS,
TRABAJAR SIN DESANIMARSE
TODOS LOS DÍAS. QUE ASÍ SEA.

domingo, 20 de febrero de 2011

Domingo VII Ordinario A (20/02/11)

El amor por encima de todo

La Palabra
Lev 19,1-2,17-18 // Sal 102 // 1Cor 3,16-23

Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente. Pues yo os digo que no opongáis resistencia al que os hace el mal. Antes bien, si uno te da una bofetada en [tu] mejilla derecha, ofrécele también la otra. Al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica déjale también el manto. Si uno te obliga a caminar mil pasos, haz con él dos mil. Da a quien te pide y al que te solicite dinero prestado no lo esquives. Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos, rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre del cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos. Si amáis sólo a los que os aman, ¿qué premio merecéis? También hacen lo mismo los recaudadores. Si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? También hacen lo mismo los paganos. Sed, pues, perfectos como vuestro Padre del cielo es perfecto.
(Mt 5, 38-48)

La Reflexión
Amor, que palabra tan bonita. Lo cierto es que es la palabra mágica que mueve todo, si no hay amor, no se puede hacer nada. Bueno se pueden hacer muchas cosas, pero no suelen tener sentido.
El amor es algo que nos impulsa a hacer, a llevar a cabo las tareas de cada día, a ir mas allá, a superar los límites, a….
Como explicar lo que hacen unos padres por sacar adelante a sus hijos, aportándoles la mayor parte de su vida, sus ilusiones, su tiempo y dedicación, sus esfuerzos. O cual es el motivo por el que los hijos se esfuerzan en sacar lo mejor de ellos mismos, sino por agradar a los padres, por seguir siendo el centro de atención, por…. O como unos y otros van detrás del hombre o la mujer a la que aman, dispuestos a todo, incluso a renunciar a una parte de su forma de ser…
El problema que nos plantea la lectura esta semana es un poco distinto, lo que trata de hacernos ver, es que ese amor debe llegar incluso a aquellos a los que no queremos, que ha de ser igual para todos, pero es una tarea difícil, en la que la otra parte no lo pondrá fácil. Así que solo puedo desearos un poco de !Ánimo!

¿Qué Celebramos?
”Entonces el reinado de Dios será como diez muchachas que salieron con sus candiles a recibir al novio. Cinco eran necias y cinco prudentes. Las necias tomaron sus candiles pero no llevaron aceite. Las prudentes llevaban frascos de aceite con sus candiles. Como el novio tardaba, les entró el sueño y se durmieron. A media noche se oyó un clamor: ¡Aquí está el novio, salid a recibirlo! Todas las muchachas se despertaron y se pusieron a preparar sus candiles. Las necias pidieron a las prudentes: Dadnos algo de vuestro aceite porque se nos apagan los candiles. Contestaron las prudentes: A ver si no basta para todas; es mejor que vayáis a comprarlo a la tienda. Mientras iban a comprarlo, llegó el novio. Las que estaban preparadas entraron con él en la sala de bodas y la puerta se cerró.” (Mt 5, 1-10)
Nosotros, al igual que las jóvenes que están esperando al novio, y tienen el aceite listo para sus lámparas, podremos entrar en el banquete con el novio. El Novio es Jesús, que viene a través de su Palabra, podremos estar preparados para escucharlo o podremos irnos a comprar aceite, pero cuando volvamos quizás sea demasiado tarde y ya no entremos en el Banquete.
Así pues, estemos dispuestos, listos para escuchar el Evangelio, a través del cual se hace participe a la Comunidad de una realidad que se llama Jesús. Es una palabra actual, de aquí y ahora. No de hace dos mil años, sino de ahora y para nosotros, para cada uno de nosotros.
La niña y el titiritero

Era una niña de ojos grandes como lunas, con la sonrisa suave del amanecer. Huérfana desde que ella recordara, se había asociado a un titiritero con el que recorría, de aquí para allá, los pueblos de la India.
Ambos se habían especializado en un número circense que consistía en que la niña trepaba por un largo palo que el hombre sostenía sobre sus hombros. La prueba no estaba ni mucho menos exenta de riesgos. Por eso, el hombre indicó a la niña:
- Amiguita, para evitar que pueda ocurrirnos un accidente, lo mejor será que, mientras hacemos nuestro número, yo me ocupe de lo que tú estás haciendo y tú de lo que estoy haciendo yo. De ese modo no correremos peligro, pequeña.
Pero la niña, clavando sus ojos enormes y expresivos en los de su compañero, replicó:
- No, eso no es lo acertado. Yo me ocuparé de mí y tú te ocuparás de ti, y así, estando cada uno muy pendiente de lo que uno mismo hace, evitaremos cualquier accidente.
La moraleja es clara: No andes preocupado por criticar lo que hacen los demás. Vigílate, en primer lugar, a ti mismo y libra tus propias batallas en lugar de intervenir en las de otros.

domingo, 13 de febrero de 2011

Domingo VI Ordinario A (13/02/11)


La Palabra
Eclo 15,16-21 // Sal 118 // 1Cor 2, 6-10
No penséis que he venido a abolir la ley o los profetas. No vine para abolir, sino para cumplir. Os aseguro que mientras duren el cielo y la tierra, ni una letra, ni una coma de la ley dejará de realizarse. Por tanto, quien quebrante el más mínimo de estos preceptos y enseñe a otros a hacerlo será considerado el más pequeño en el reino de Dios. Pero quien lo cumpla y lo enseñe será considerado grande en el reino de Dios. Porque os digo que si vuestra justicia no supera a la de los letrados y fariseos, no entraréis en el reino de Dios. Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás; el homicida responderá ante el tribunal. Pues yo os digo que todo el que se deje llevar por la cólera contra su hermano responderá ante el tribunal. Quien llame a su hermano inútil responderá ante el Consejo. Quien lo llame loco incurrirá en la pena del horno de fuego. Si mientras llevas tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene queja de ti, deja la ofrenda delante del altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano y después vuelve a llevar tu ofrenda. Con quien tienes pleito busca rápidamente un acuerdo, mientras vas de camino con él. Si no, te entregará al juez, el juez al alguacil y te meterán en la cárcel. Te aseguro que no saldrás hasta haber pagado el último céntimo.Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pues yo os digo que quien mira a una mujer deseándola ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo lejos de ti. Más te vale perder una parte de tu cuerpo que ser arrojado entero al infierno. Y si tu mano derecha te lleva a pecar, córtatela y tírala lejos de ti. Más te vale perder una parte de tu cuerpo que terminar entero en el horno. Se dijo: Quien repudie a su mujer que le dé acta de divorcio. Pues yo os digo que quien repudia a su mujer --salvo en caso de concubinato-- la induce a adulterio, y quien se case con una divorciada comete adulterio. También habéis oído que se dijo a los antiguos: No perjurarás y cumplirás tus juramentos al Señor. Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la capital del Soberano; ni jures tampoco por tu cabeza, pues no puedes volver en blanco o negro uno solo de tus cabellos. Que vuestra palabra sea sí, sí; no, no. Lo que pase de ahí procede del Maligno.
(Mt 5, 17-37)

Campaña de Manos Unidas
Este año Manos Unidas dedica la Campaña a tomar conciencia de uno de los problemas más graves que asolan nuestro mundo: la mortalidad infantil. Las Naciones Unidas incluyeron entre los objetivos del milenio, en cuarto lugar, este objetivo, formulado así: “Reducir en tres cuartas partes, entre 1990 y 2015, la mortalidad infantil de niños menores de cinco año.”
En el año 1948, las Naciones Unidas promulgaron los Derechos Humanos, fruto de los cuales surgió la declaración de los Derechos del Niño, en el año 1959, para velar en especial por la parte de la humanidad más desprotegida. En esos derechos del niño se declara solemnemente esto, entre otras cosas:
2.- El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad.
4.- […] Tendrá derecho a crecer y desarrollarse en buena salud; con este fin deberán proporcionarse tanto a él como a su madre, cuidados especiales, incluso atención prenatal y postnatal. El niño tendrá derecho a disfrutar de alimentación, vivienda, recreo y servicios médicos adecuados.
Cuando miramos a nuestro país, y a los países desarrollados en general, podemos decir con alegría y orgullo que los derechos del niño se están cumpliendo sobradamente. Tan sobradamente que a veces hemos pasado de proteger al niño a darle todos los caprichos, porque le hemos convertido en el rey (a veces dictador) de la casa, lo cual se puede convertir en otra forma de agresión, menos grave a primera vista, pero más perniciosa a largo plazo: la de educarle mal.
Sin embargo, cuando miramos a los países del Sur, nos damos cuenta de que estos derechos parecen no haber sido promulgados para ellos. Las cifras cantan, desde ese lejano 1959.
Oración

Señor, te doy gracias por mi feliz primera infancia,
por mis padres, que me rodearon de amor,
por mis hermanos, que me acompañaron al crecer,
por los amigos, que me regalaron su amistad,
por los médicos, que cuidaron mi salud,
por los maestros, que me enseñaron las primeras letras,
por los cumpleaños felices, que pude celebrar,
por los regalos y juguetes, que alegraron mis primeros años,
porque nunca me falto nada para crecer,
y puedo soñar el mañana con esperanza,
desde mi felicidad de hoy.
Pero hoy he descubierto con dolor de corazón, que millones de niños no logran crecer, que mueren, sin sentido, al poco tiempo de nacer, porque les falta lo necesario para sobrevivir.
Son niños con rostro y nombre, como yo, son niños que ríen y lloran, como yo, son niños que tienen derecho a ser felices, como yo, son niños con padres que les quieren, como a mí, son niños que desearían soñar un futuro, como yo, pero no llegarán a cumplir los 5 años.
Señor, que mi corazón muera de pena, con cada niño que fallece prematuramente, entre mis hermanos del Sur, a causa de una miseria que se puede evitar.
Te pido Señor, que mi corazón reviva, lleno de gozo, con cada niño que logremos robar a la muerte, ayudando a realizar los proyectos de Manos Unidas, y desborde de vida, con la vida de cada niño salvado.

domingo, 6 de febrero de 2011

Domingo V Ordinario A (06/02/11)

El testimonio de las obras

La Palabra
Is 58,7-10 // Sal 111 // 1Cor 2, 1-5

Vosotros sois la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá su sabor? Sólo sirve para tirarla y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad construida sobre un monte. No se enciende un candil para taparlo con un celemín, sino que se pone en el candelero para que alumbre a todos en la casa. Brille igualmente vuestra luz ante los hombres, de modo que al ver vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre del cielo.
(Mt 5, 13-16)
La Reflexión

“Vosotros sois la luz del mundo.”
Siempre me ha llamado la atención esta frase, en ella nos indica que somos referente para otros, que somos un faro que alumbra por la noche, que indica el camino, y nos dice donde están las dificultades para poder sortearlas.
Pero también nos dice que no nos escondamos, que estamos para eso, para ser luz para los demás.
¿Cómo es posible que Dios nos haya puesto en medio de este mundo y nosotros nos escondamos?
Es posible que nunca sepamos para quién vamos a ser luz en medio de la oscuridad, como el faro, que alumbra, sin tener en cuenta a cuantos o a quienes, posiblemente no seamos ni conscientes de para quien somos luz, pero aún así debemos seguir alumbrando en la oscuridad. De la misma manera tú debes ser faro que alumbre. No hace falta hacer grandes obras, unas veces es suficiente con estar y alumbrar. Pero tampoco pretendamos ser la luz que atrae a las polillas por la noche, de tal forma que nos convirtamos en falsas luces (sustitutas del sol). Contentémonos con hacer bien las cosas.
No te escondas.
¿Qué Celebramos?

Hoy hablamos de la luz del Cirio. Si hoy tenemos claro que hemos de ser Luz del Mundo, también nosotros necesitamos de esa luz para poder seguir por la buena senda.
Nosotros representamos esa luz en el Cirio, esa luz, para nosotros es Jesús. Y la tenemos representada, no solo en el Cirio, sino también en las lámparas del Santísimo (si esas lucecitas rojas que están al lado del Sagrario y que nos indican la presencia de Jesús en este lugar).
Pero también se nos da la luz en nuestro Bautizo, y está presente cuando despedimos a alguien, ya que también se enciende el Cirio, que preside la celebración, para que el difunto tenga claro cual es el camino.
La luz del Cirio es una luz débil, que se apaga con un simple soplido, como nosotros, pero también es amor, ya que se consume para darnos su luz y calor.
Por este motivo se acompaña al Evangeliario con 2 cirios. Para que por medio de estos nos representen a todos y a la luz de la Palabra podamos encontrar nuestro camino.
Sal

En un mundo desabrido, nos dices que no seamos sal sin sabor, que sólo sirve para ser pisada, como octavillas publicitarias repartidas por la calle, que se miran un segundo y se caen de las manos porque no interesan a nadie, basura por las aceras bajo los pies que siguen la rutina cotidiana.
Sal sin exceso: sin ser los protagonistas que secuestran las miradas, sin imposiciones que abruman con suficiencia, sin perseguir a la gente con poder o con astucia.
Sal sin defecto: que no se esconda por miedo a perderse, ni se deje devaluar por la tibieza, ni renuncie, por orgullo, a mezclarse con la gente que traga sinsabores.
Nos invitas a ser sal de la pascua, que desaparece en la comida humana que nadie la percibe en su justa presencia, y que sólo los despiertos la descubren resucitada con el sabor exacto de cada existencia.
Benjamín Glz Buelta. En el aliento de Dios.