Reconocer al resucitado en la comunidad reunida
La Palabra
Hech 2,42-47 // Sal 117 // 1Pe 1,3-9
Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos con las puertas bien cerradas, por miedo a los judíos. Llegó Jesús, se colocó en medio y les dice: ---Paz con vosotros. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron al ver al Señor. Jesús repitió: ---Paz con vosotros. Como el Padre me envió, así yo os envío a vosotros. Dicho esto, sopló sobre ellos y añadió: ---Recibid el Espíritu Santo. A quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los mantengáis les quedan mantenidos. Tomás, que significa Mellizo, uno de los Doce, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: ---Hemos visto al Señor. Él replicó: ---Si no veo en sus manos la marca de los clavos y no meto el dedo por el agujero, si no meto la mano por su costado, no creeré. A los ocho días estaban de nuevo dentro los discípulos y Tomás con ellos. Vino Jesús a puertas cerradas, se colocó en medio y les dijo: ---Paz con vosotros. Después dice a Tomás: ---Mete aquí el dedo y mira mis manos; trae la mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, antes cree. Le contestó Tomás: ---Señor mío y Dios mío. Le dice Jesús: ---Porque me has visto, has creído; dichosos los que crean sin haber visto. Otras muchas señales hizo Jesús en presencia de sus discípulos que no están consignadas en este libro. Éstas quedan escritas para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida por medio de él.
(Jn 20, 19-31)
La Reflexión
¿Cómo reconocer hoy a Jesús? Está hoy entre nosotros?
Si ya en aquellos días en los que quienes habían vivido con Él se hacía presente la desilusión y la desesperanza, cuanto más hoy, que hace tanto tiempo que nos ha abandonado.
¿Realmente es esto lo que pensamos, que nos ha abondonado?
Yo creo que no, que Jesús sigue presente entre nosotros, y no solo entre nosotros, sino que se hace presente en el otro, en nuestras comunidades, en nuestros conocidos y amigos, en los desconocidos que nos ayudan, en los que pasan a nuestro lado pidiéndonos ayuda, en el que en silencio nos está gritando que le apoyemos, en… Cada uno debe encontrar a Jesús en su vida. No es posible que a todos se nos muestre de la misma forma y manera, pero si es posible que se nos muestre, sólo debemos aprender a reconocerlo en el otro, en los silencios de la vida, en el camino. Él tomará el pan y nos lo repartirá para que lo compartamos con Él. “Ojalá oigamos hoy su voz”