Quiero ver desde la Fe
La Palabra
Jr 31,7-9 // Sal 125 // Heb 5,1-6
Maestro, haz que pueda ver.
Llegaron a Jericó. Y cuando salía de allí con sus
discípulos y un gentío considerable, Bartimeo, hijo de Timeo, un mendigo ciego,
estaba sentado a la vera del camino. Al oír que era Jesús de Nazaret, se puso a
gritar: ---¡Jesús, Hijo de David, compadécete de mí! Muchos lo reprendían para
que se callase. Pero él gritaba más fuerte: ---¡Hijo de David, compadécete de
mí! Jesús se detuvo y dijo: ---Llamadlo. Llamaron al ciego diciéndole:
---¡Ánimo, levántate, que te llama! Él dejó el manto, se puso en pie y se
acercó a Jesús. [51] Jesús le preguntó: ---¿Qué quieres de mí? Contestó el
ciego: ---Maestro, que recobre la vista. Jesús le dijo: ---Vete, tu fe te ha
salvado. Al instante recobró la vista y lo seguía por el camino.
Mc 10,46-52
A cada día su afán
Una puerta siempre abierta ( Diario de León - 27/10/2012 )José-Román Flecha Andrés