Coge tu cruz y sígueme, no la llevarás solo
La Palabra
Is 50, 5-10 // Sal 114 // St 2,14-18
Jesús
emprendió el viaje con sus discípulos hacia las aldeas de Cesarea de Felipe.
Por el camino preguntó a los discípulos: ---¿Quién dice la gente que soy yo? Le
respondieron: ---Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que uno de
los profetas. Él les preguntó: ---Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Respondió Pedro: ---Tú eres el Mesías. Entonces les ordenó que a nadie
hablaran de esto. Y empezó a explicarles que aquel Hombre tenía que
padecer mucho, ser rechazado por los senadores, los sumos sacerdotes y los
letrados, sufrir la muerte y después de tres días resucitar. Les hablaba con
franqueza. Pero Pedro se lo llevó aparte y se puso a reprenderlo. Mas él
se volvió y, viendo a los discípulos, reprendió a Pedro: ---¡Aléjate de mi
vista, Satanás! Tus pensamientos son los de los hombres, no los de Dios. Y
llamando a la gente con los discípulos, les dijo: ---Quien quiera seguirme,
niéguese a sí mismo, cargue con su cruz y me siga. Quien se empeñe en
salvar su vida, la perderá; quien la pierda por mí y por la Buena Noticia, la
salvará.
(Mc
8,27-35)
Cada día su afán José-Román Flecha Andrés La sorpresa de un anuncio ( Diario de León - 15/09/2012 )