domingo, 9 de septiembre de 2012

Domingo XXIII Ordinario B (09/09/2012)

Abres mis oídos desde dentro

La Palabra

Is 35,4-7a  //  Sal 145  //  St 2,1-5

Después salió de la región de Tiro, pasó de nuevo por Sidón y se dirigió al lago de Galilea atravesando la región de la Decápolis. Le llevaron un hombre sordo y tartamudo y le suplicaban que impusiera las manos sobre él. Lo tomó, lo apartó de la gente y, a solas, le metió los dedos en los oídos; después le tocó la lengua con saliva; levantó la vista al cielo, suspiró y le dijo: ---Effatá, que significa ábrete. [Al punto] se le abrieron los oídos, se le soltó el impedimento de la lengua y hablaba normalmente. Les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más insistía, más lo pregonaban. Llenos de asombro comentaban: ---Todo lo ha hecho bien, hace oír a los sordos y hablar a los mudos.
(Mc 7,31-37)