Vivamos a la luz del pastor
La Palabra
Hch 13, 14. 43-52 // Sal 99 // Ap 7, 9. 14b-17
Después
Jesús se apareció de nuevo a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Se
apareció así: Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen; yo
les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrancará de mi mano. Mi
Padre que me las ha dado es más que todos y nadie puede arrancar nada de las
manos de mi Padre. El Padre y yo somos uno.
(Jn 10, 27-30)
A cada día su Afán (Por José-Román Flecha Andrés)
De un Papa a otro Papa ( Diario de León - 20/04/2013 )